Junto con Fidel Castro, a cuyo movimiento se unió en
1956, fue uno de los principales artífices del triunfo de la revolución cubana
(1959). Desempeñó luego cargos de gran relevancia en el nuevo estado, pero,
insatisfecho con la inoperancia de los despachos y fiel a su propósito de
extender la revolución a otros países de Latinoamérica, en 1966 retomó su
actividad guerrillera en Bolivia, donde sería capturado y ejecutado un año
después.
Así entregó su vida en la lucha contra el imperialismo
y la dictadura, convirtiéndose en el máximo mito revolucionario del siglo XX.
Ernesto Guevara nació en una familia acomodada de
Argentina, en donde estudió medicina. Su militancia izquierdista le llevó a
participar en la oposición contra Perón; desde 1953 viajó por Perú, Ecuador,
Venezuela y Guatemala, descubriendo la miseria dominante entre las masas de
Hispanoamérica y la omnipresencia del imperialismo y definiendo su ideología
marxista de forma clara.
En 1955 Ernesto Guevara conoció a Fidel Castro, que
preparaba una expedición revolucionaria en Cuba. Guevara trabó amistad con los
Castro, se unió al grupo como médico y desembarcó con ellos en Cuba en 1956. Participó
en la decisiva batalla por la toma de Santa Clara (1958) y finalmente entró en
La Habana en 1959, poniendo fin a la dictadura de Fulgencio Batista.
El nuevo gobierno revolucionario concedió a Guevara la
nacionalidad cubana y le nombró jefe de la Milicia y director del Instituto de
Reforma Agraria (1959), luego presidente del Banco Nacional y ministro de
Economía (1960), y, finalmente, ministro de Industria (1961). En aquellos años,
Guevara representó a Cuba en varios foros internacionales, en los que denunció
frontalmente el imperialismo norteamericano.
En la tarea de la construcción en Cuba de una nueva
sociedad, y especialmente en el campo de la economía, Guevara fue uno de los
más incansables colaboradores de Fidel Castro. Buscando un camino para la
independencia real de Cuba, se esforzó por la industrialización del país,
ligándolo a la ayuda de la Unión Soviética, una vez fracasado el intento de
invasión de la isla por Estados Unidos y clarificado el carácter socialista de
la revolución cubana.
Relevado ya de sus cargos en el Estado cubano, volvió
a Iberoamérica en 1966 para lanzar una revolución que esperaba que fuese de
ámbito continental: eligió Bolivia como
centro de operaciones para instalar una guerrilla que pudiera irradiar su
influencia hacia el resto. Al frente de un pequeño grupo intentó poner en
práctica su teoría, recogida en su libro “La
guerra de guerrillas”. Sin
embargo, su acción no prendió en las masas bolivianas tanto como él esperaba en
un inicio. Es por ello que, aislado en una región selvática en donde se agudizó
su problema de asma, Ernesto Guevara fue delatado por campesinos locales y cayó
en una emboscada del ejército boliviano en la región de Valle Grande, donde fue
herido y hecho prisionero el 8 de octubre de 1967. Dado que el Che se
había convertido ya en un símbolo para los jóvenes de todo el mundo, los
militares bolivianos, aconsejados por la CIA, quisieron destruir el mito
revolucionario, asesinándole para después exponer su cadáver, fotografiarse con
él y enterrarlo en secreto.
En 1997 los restos del Che Guevara fueron localizados,
exhumados y trasladados a Cuba, donde fueron enterrados con todos los honores.
"Sé que vienes a matarme. Dispara cobarde.
Solo vas a matar a un hombre."
Cita de Ernesto “Che” Guevara, pronunciada hacia el militar
que le fusiló, justo antes de hacerlo.
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